El turismo de aventura ha ido ganando protagonismo en Brasil, impulsado por la búsqueda de experiencias únicas y el contacto con la naturaleza. Según Paulo Cabral Bastos, destinos como Boituva (SP), conocida como la capital del paracaidismo, han visto un aumento significativo en el flujo de visitantes atraídos por los deportes extremos. Este movimiento no solo impulsa la economía local, sino que también estimula la diversificación de la oferta gastronómica, creando nuevas oportunidades para los negocios y revalorizando la cultura regional.
A continuación, analizaremos cómo el crecimiento del turismo de aventura impacta en el desarrollo económico de las ciudades y cómo la gastronomía local se adapta para atender a este público cada vez más exigente.
¿Cómo impulsa el turismo de aventura la economía local?
La popularidad de actividades como el paracaidismo, el rafting y el senderismo atrae turistas de diversas regiones, generando demanda de servicios como alojamiento, transporte y alimentación. En ciudades como Boituva, esto se traduce en la creación de empleos y en el aumento de la recaudación de impuestos, beneficiando desde pequeños comerciantes hasta las administraciones públicas.
Paulo Cabral Bastos señala que el efecto multiplicador de esta actividad es significativo: las escuelas de paracaidismo, por ejemplo, necesitan instructores, equipos e infraestructura, lo que mueve a los proveedores locales. Los eventos y competiciones relacionados con los deportes extremos también atraen visitantes en períodos específicos, ayudando a equilibrar la estacionalidad del turismo tradicional.

¿De qué forma se adapta la gastronomía local a estos turistas?
Con el aumento del flujo de visitantes, los restaurantes y bares deben diversificar sus menús para atender a un público que busca tanto adrenalina como autenticidad. En Boituva, por ejemplo, los establecimientos han invertido en platos típicos de la cocina rural, como el virado à paulista y el arroz con pequi, que aportan valor cultural a la experiencia gastronómica.
Según Paulo Cabral Bastos, la gastronomía también se ha convertido en parte integral de los paquetes turísticos, con itinerarios que combinan saltos en paracaídas con degustación de cachaça artesanal o cenas temáticas. Esta estrategia no solo enriquece la experiencia del visitante, sino que también fortalece la identidad local, convirtiendo la comida en otro atractivo del destino.
¿Qué desafíos y oportunidades surgen con este crecimiento?
Uno de los principales desafíos es garantizar que la infraestructura de las ciudades acompañe el aumento de la demanda, evitando la sobrecarga en servicios básicos como transporte y saneamiento. Otro punto crítico es la necesidad de profesionalizar los negocios locales, desde las operadoras de turismo hasta los restaurantes, para ofrecer un servicio de calidad y seguro a los visitantes.
Por otro lado, las oportunidades son amplias: las asociaciones entre el sector público y privado pueden impulsar la promoción de los destinos, mientras que la revalorización de la gastronomía regional abre espacio para ferias y eventos que atraigan a más turistas. Paulo Cabral Bastos destaca que las ciudades que inviertan en este ecosistema tendrán una ventaja competitiva, consolidándose como referentes nacionales en turismo de aventura y experiencia gastronómica.
Por último, Paulo Cabral Bastos subraya que, para aprovechar todo el potencial de este mercado, es esencial invertir en infraestructura, profesionalización y promoción, creando un ciclo virtuoso que beneficie tanto a los visitantes como a la comunidad local. De esta manera, el turismo de aventura puede convertirse en un pilar sostenible de crecimiento, uniendo adrenalina, cultura y sabor en destinos cada vez más atractivos.
Autor: Elphida Pherys
Fuente: Asesoría de Comunicación de Saftec Digital